Köhler y la Casa Amarilla
Leopold von Buch
Alexander von Humboldt
l naturalista y explorador prusiano Alexander von Humboldt (1769-1859), considerado el padre de la Geografía Física como ciencia moderna, fue un gran humanista cuyos estudios abarcan la vulcanología, botánica, climatología, mineralogía y la geología, entre otras muchas disciplinas. Viajó por todo el Mundo recogiendo datos, haciendo mediciones y experimentos científicos, y cuyos resultados fue publicando […]
El naturalista y explorador prusiano Alexander von Humboldt (1769-1859), considerado el padre de la Geografía Física como ciencia moderna, fue un gran humanista cuyos estudios abarcan la vulcanología, botánica, climatología, mineralogía y la geología, entre otras muchas disciplinas. Viajó por todo el Mundo recogiendo datos, haciendo mediciones y experimentos científicos, y cuyos resultados fue publicando en diferentes obras y volúmenes, principalmente, entre París y Berlín. Para su primera gran empresa, el Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, Humboldt hace escala en la isla de Tenerife, donde realiza observaciones que servirán para establecer la medición empíricamente más aproximada hasta la fecha del Teide, y el sistema de clasificación vegetal por pisos bioclimáticos, un interesante dibujo incluido en el atlas del viaje, publicado como Tableau physique des Iles Canaries. Géographie des Plantes du Pic de Tenerife en París en 1807. Esta importante aportación a la geografía botánica pone a Tenerife en el circuito de grandes exploradores y naturalistas posteriores, como Leopold von Buch o Christian Smith.
El 19 de junio de 1799, tras una escala en el Archipiélago Chinijo con desembarco en la Isla de la Graciosa, arriba junto a Aimé Bonplandt, coautor de esta primera obra y su acompañante durante el viaje a América, a la isla de Tenerife. Humboldt escribirá en su diario: “Por la mañana descubrimos la punta de Anaga, pero el pico de Tenerife permaneció invisible. […] En el instante en el que empezamos a alcanzar la plaza, la bruma se disipó totalmente. El Teide se mostró entonces por encima de las nubes”. Unos años después de la publicación de su Viaje, de 1807, en el segundo capítulo de la Relation historique de su expedición, aparecida en 1814, Humboldt relata con mayor detalle su estancia, en la que recoge anotaciones sobre la geografía, la vegetación, la sociedad y la geografía humana de Tenerife: “Un solo camino conduce al volcán. Es el que siguieron el padre Feuillée, Borda, M. Labillardière, Barrow y todos los viajeros que no han podido permanecer mucho tiempo en Tenerife”.
Sabemos, por sus notas, diarios, cartas y abundantes publicaciones, que Humboldt hizo noche en Santa Cruz de Tenerife, describiéndola como “un refresco para el europeo que acaba de desembarcar y para el que el aire del país es demasiado caluroso”. Desde ahí, acompañado de Bonplandt, y pasando por La Laguna, llegan al Puerto de la Cruz, desde donde inician la subida al Valle de la Orotava, donde visitan el Drago de la Finca de los Franchy y el Jardín Botánico junto a Bernardo de Cólogan, y luego al cráter del Teide. Sabemos, por la correspondencia que mantuvo por aquellos días, que se hospedaron “en la casa inglesa de un comerciante, Juan Cólogan Valois, donde Cook, Banks y Lord MacCartney vivieron también”. De su estancia en el Puerto de la Cruz, escribe: “Es imposible hablar de este pueblo sin recordar a los amigos de las Ciencias el nombre de Mr. Cólogan, cuya casa en todos tiempos ha estado abierta a los viajeros de todas las naciones”. La expedición duró seis días, y las abundantes anotaciones y observaciones conforman más de 40 páginas dispersas en sus cuadernos y diarios, y varios capítulos de la publicación de su Viaje (1807).
Se debe tener en cuenta que su estancia en Canarias, especialmente en Tenerife, fue el primer contacto de Humboldt con el Mundo fuera de la Vieja Europa, encontrando un paisaje físico y humano subtropical que convierte a la isla en un referente privilegiado de todo lo que pudo descubrir posteriormente en América. Las observaciones hechas en un territorio tan alejado de Europa como Tenerife le permitieron hacer comparaciones y encontrar patrones comunes con otras latitudes, además de suponer para él la primera observación de un volcán en activo. En sus notas manuscritas, conservadas en la Deutsche Staatsbibliothek de Berlín, Humboldt destaca que “desde la época de los griegos y los romanos Tenerife es célebre por su aspecto. Y en nuestros días, casi todos los viajeros alrededor del mundo la evocan en su ruta hacia el cabo de Buena Esperanza.”
BIBLIOGRAFÍA
BOURGUET, Marie-Noëlle. “El Mundo visto desde lo alto del Teide: Alexander von Humboldt en Tenerife”, en Libro de comunicaciones Ciencia y Romanticismo 2002 [Symposium Internacional], págs. 279-302, 2003.
GARCÍA CRUZ, Candido Manuel. “Consideraciones sobre la geología de las Islas Canarias en la obra de Alexander von Humboldt (1769-1859), en Estudios Canarios Núm. 61, págs. 23-57, 2017.
GEBAUER, Alfred. «Alexander von Humboldt, su semana en Tenerife (1799)», Editorial Zech, 2014. Incluye mapa de su ruta hacia el Teide.
HUMBOLDT, Alexander von. Relation historique du voyage aux región équinoxiales du Noveau Continuent, París, 1814-1825.
HUMBOLDT, Alexander von. Voyage aux régions équinoxiales du Noveau Continent, París, 1807.
WULF, A. La invención de la naturaleza: el Nuevo Mundo de Alexander von Humboldt, Taurus, 2016.
VÍDEO
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AUDIO
iVOOX El Abrazo del Oso: Humboldt: El hombre que inventó el Planeta Tierra
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