Para la protagonista femenina habían pensado en Ursula Andress, aunque ella desestimaría el proyecto y el papel sería finalmente para Raquel Welch, que venía de grabar Fantastic Voyage (1966). Tendría a John Richardson como compañero de reparto, actor que había destacado en Black Sunday (1960) de Mario Bava, en la que también participaba la misteriosa Barbara Steele. El creador de los efectos especiales sería Ray Harryhausen, maestro de la técnica de stop-motion conocida como ‘Dynamation’, que trabajó en películas como The 7th Voyage of Sinbad (1958), Jason and the Argonauts (1963) o Clash of the Titans (1981).

La trama es sencilla y los diálogos más bien inexistentes. En tiempos prehistóricos los hombres se guían por sus instintos de supervivencia, compitiendo contra las grandes depredadores y las tribus rivales. En una de ellas, Tumak es expulsado de su clan, el Pueblo de las Piedras, por haberse peleado con su padre. Tras vagar durante días, es salvado por el pacífico Pueblo de las Conchas, y allá Tumak se enamora de Loana, una de sus miembros. Juntos lucharán por sobrevivir.

El rigor histórico y científico no son una prioridad precisamente. Aparte de la contemporaneidad imposible entre dinosaurios y humanos, el tajinaste rojo, Echium wildpretii, que solo crece en Tenerife a partir de los 1600 m, aparece en las playas de Lanzarote. Raquel Welch contaría años más tarde en Fox News que llegó a nevar en el Teide durante el rodaje y, ataviada como estaba con aquella especie de bikini de piel, contrajo amigdalitis y tuvo que continuar a base de penicilina. Su imagen se convertiría en icónica y sería ampliamente reproducida en pósters promocionales. Los efectos especiales de Harryhausen quedarían para la historia, colocando a la cinta como obra de culto en esta materia, siendo alguno de los monstruos reutilizado en otro de sus trabajos posteriores. En su edición de 2020, el Festival de Cine Fantástico Isla Calavera celebrado en Tenerife lo homenajeó a título póstumo en el centenario de su nacimiento.

El largometraje supuso el mayor éxito de taquilla de la Hammer y los paisajes volcánicos en los que se ambientaba aquella ficción prehistórica han quedado ya en el imaginario de los aficionados a la serie B del mundo. Varios jóvenes canarios de entonces, que trabajaron como extras en el film, recuerdan con cariño la experiencia y sus anécdotas. Hoy en día el sector audiovisual tinerfeño se ha profesionalizado y diversificado, consiguiendo que majors y empresas de todo el globo elijan la isla para el desarrollo de su actividad apoyándose en la Tenerife Film Commission.